Edición: Patricia Mérida
Este ácaro, con un
tamaño similar al de una semilla de sésamo, puede moverse a 322 longitudes de
cuerpo por segundo (medida de la velocidad que refleja la rapidez con que un
animal se mueve en relación con su tamaño corporal), lo que equivaldría en un
ser humano a 2.092 kilómetros por hora, casi 1,9 la velocidad del sonido.
El anterior poseedor
del récord a animal más veloz del mundo era el escarabajo tigre australiano,
que alcanza un total de 171 longitudes de cuerpo por segundo.
El descubrimiento ha
sido posible gracias a la investigación de un estudiante de la Universidad de
California que pasó todo un verano persiguiendo ácaros, logrando capturar
recientemente este hallazgo con una cámara de sólo 10 centímetros de diámetro y
de alta velocidad, para grabar los sprints de los ácaros, tanto en laboratorio
como en su entorno natural.
Fuente:
Muy interesante
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