Un equipo de investigadores de la
Universidad Pública de Navarra, España y el Instituto de Agrobiotecnología, en esta
misma comunidad foral, ha descubierto que es posible obtener hasta un 40% más
de etanol a partir de plantas de tabaco modificadas genéticamente, lo que, en
su opinión, confirma su utilidad como materia prima para producir
biocombustibles.
El estudio, publicado en la revista Molecular
Breeding, aclara que las plantas, pertenecientes a las variedades Virginia Gold
y Havana, fueron especialmente alteradas para que contuvieran más almidón y
azúcares en las hojas, lo que favorece el incremento en la producción de
etanol.
En los cultivos tradicionales de
tabaco, se deja que las hojas crezcan y se hagan grandes, pues la nicotina se
sintetiza cuando las plantas están más crecidas. No obstante, cuando se
utilizan para conseguir biocombustibles se cortan en el momento que alcanzan
unos 50 centímetros de altura. Luego, se llevan a una factoría de
procesamiento. A lo largo de todo el ciclo, en el que el tabaco es cortado
varias veces, se pueden generar hasta 160 toneladas de materia fresca por
hectárea, una fuente de biomasa idónea para producir bioetanol.
Según explica Jon Veramendi, responsable del
grupo de investigación Agrobiotecnología vegetal, “podría ser una alternativa
al cultivo tradicional de tabaco, que está en retroceso en EE.UU. y en Europa
porque no pueden competir con países emergentes, como China”. Es más, en los
últimos diez años, la superficie cultivada de tabaco se ha reducido en Europa
en un 45%. En España, la principal región tabaquera es Extremadura, seguida de
Andalucía.
Estos expertos señalan que, además,
del tabaco se pueden extraer proteínas, unos compuestos muy completos desde el
punto de vista nutricional, con una mayor tasa de eficiencia proteica que las
procedentes de la leche de vaca o de soja, solasenol (utilizado para producir
vitaminas E y K) y xantofilas (un aditivo en piensos para pollos).
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Muy interesante
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