El teléfono móvil nació hace cuarenta años como un armatoste
de casi un kilo de peso. Pero con el paso del tiempo ha ido estilizándose y
evolucionando hasta convertirse en una lámina de cristal, silicio y aluminio,
un verdadero ordenador de bolsillo que además sirve para hablar.
La era de los móviles
inteligentes o smartphones –en 2012 se vendió el que hacía el número mil
millones– ha abierto un nuevo universo de aplicaciones y conectividad que está
cambiando desde la forma en que nos comunicamos hasta la economía. De hecho, el
número de líneas móviles equivale al 85 %
de los habitantes de la Tierra y en los países
desarrollados supera el 100 %,
pues hay usuarios que poseen varias de ellas. Así,
en 2013, en España había más de 52 millones.
El 3 de abril de 1973 Martin Cooper, ingeniero de Motorola,
hizo la primera llamada con móvil, un ladrillo de 800 gramos y 30 minutos de batería. Con él llamó a
su rival de Bell Labs Research. Diez años después, el Motorola DynaTAC 8000x, resultado del trabajo pionero de
Cooper, se convirtió en el primer móvil en ser comercializado: costaba 3.995
dólares y recargarlo llevaba 10 horas.
Pero la auténtica
revolución en este campo llegaría a finales del siglo XX y principios del XXI.
En 1999, se introdujo en el mercado el Bluetooth, el estándar de comunicación
inalámbrica a corta distancia que dio paso a los manos libres cuyo nombre y
símbolo aluden a Harald Blåtand –Bluetooth–, rey escandinavo del siglo X. Ese
mismo año, apareció el Benefon Esc!, un móvil con GPS que inauguraría la era de
la geolocalización para estos dispositivos. Se vendió sobre todo en Europa.
Igualmente, la probable extinción de las cámaras compactas comenzó muy poco
después, el día en que se anunció el Samsung SCH-V200, el primer móvil con
cámara digital.
No obstante, en 2003, el Nokia 1100, que no la tenía, pero
era barato y fácil de usar, era el más popular del mundo. Se vendieron 250
millones de ellos hasta 2007, año en el que Steve Jobs presentó el iPhone y lo
cambió todo. Aquel teléfono totalmente táctil y centrado en internet y las
aplicaciones reinventó el concepto de móvil y puso al resto de la industria a
imitarlo frenéticamente.
Una consecuencia más
o menos directa fue el lanzamiento de Google Wallet en 2011, un monedero
virtual que acepta cualquier tarjeta de crédito y débito y funciona como estas.
Hoy, mientra se amplía la cobertura 4G, la tecnología que permite realizar transferencias
de datos diez veces más rápido, Samsung y Apple acaparan más del 50% del
mercado de smartphones.
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